ROMERIA Y BALANCE

Pasada la Romería cabría hacer un balance, serio y detenido, de su contexto en diferentes vertientes.
Y me consta que los diferentes organismosque intervienen, ya desde la administración nacional, autonómica, y hasta del lado andujareño, como es la policía local, lo
hacen, tienen datos muy significativos y contrastados, y una mirada lo suficientemente objetiva, para aportar una reflexión muy valiosa, enfocando esta tradicional fiesta y dar pasos importantes para su futuro.
La orden trinitaria o la diócesis también hacen su lectura. Un ejemplo es la guardia civil (cómo también podríamos hablar de diferentes operativos y sus responsables,
con una gran experiencia) que tanta implicación tiene y en diferentes vértices romeros. Pero desde la contemplación local, la evaluación no es verdaderamente reveladora porque es superficial, y, ni se hace ponderadamente en tantos aspectos. Y no me digan que no hay que valorar todo el compendio romero. Porque en algunos
apartados estamos anquilosados, adocenados, sin avanzar en lo que un nuevo tiempo nos exige; o envueltos en una refriega permanente.
En demasidos apartados de la Romería y su contexto miramos desde muchos particularismos y ombliguismos exacerbados.
La devoción a la Virgen de la Cabeza y la secular Romería tienen un carácter muy grande, muy universal como para contemplarla tan cicateramente. Y por ejemplo,
lo del año pasado, el Año Jubilar, la historia pedirá cuentas de la nadería
y bagatela con que se despachó desde esta Andújar peripatética de ahora. Y el problema es que hoy todo está interrelacionado y, como botón de muestra, en lo romero es fundamental más grandeza e intensidad en la ciudad, porque su
desarrollo está sufriendo, y la cultura y ciertos apartados sociales.
La ciudad, necesita menos aldeanismos, necesita ya, pero con urgencia, un revulsivo, una inyección de moral y de compromisos que la levanten, y a su economía y a sus tradiciones, y a la autoestima general. Las cortinas de humo en el fondo son un engaño para tontos, fomentan un aldeanismo con tortícolis que no ve Andújar como
raíz, sino como fortín. Amar Andújar es salir de uno mismo para dar fruto; es hacer que las ramas se vuelvan alas.

Añadimos, desde la Cofradía de Huelva.
A cambio de los terrenos para edificar nuestras Casas de Cofradías, las filiales nuevas, creadas en su mayoría por oriundos de Jaén (muchos de Andújar), con o sin apoyo de los Trinitarios (que no están en todas partes), tenemos la obligación por contrato de asistir a la Presentación en Andújar (la Matriz insiste cada año en que NO es obligatorio).
El pueblo, a veces, dá la impresión que piensan que los forasteros vienen a disfrutar de "su fiesta".
La Romería de Andújar siempre ha sido multicultural en vestidos, músicas y bailes, fue grande por las Cofradías y "forasteros" que desde siempre visitaron el Pueblo y El Cerro.
Hoy nada nos atrae a venir a Andújar, nuestra fiesta (sin presencia de la Matriz en nuestra presentación ante la Virgen) está en el Cerro, con casa o sin ella.
Es la Virgen quien nos llama no el Ayuntamiento, la Matriz o el querido pueblo de Andújar. Por muchos "parches" que pongan.